AXEL MANCINI

Alfredo Vitaller, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Lundin Mining, participó en el 14° Foro de ABECEB “La batalla del año: Statu quo vs cambio cultural”, donde detalló el impacto de la reciente alianza entre Lundin Mining y BHP. Además, subrayó la importancia del cobre en el escenario de transición energética y cómo Argentina se posiciona como un jugador clave en la producción de este mineral.

“El cobre es un mineral crítico en la renovación energética”, expresó Vitaller, destacando que, en 2023, se produjo un déficit de casi un millón de toneladas de cobre a nivel mundial. En línea con la creciente demanda, señaló que Argentina podría tener cinco o seis grandes proyectos de cobre operativos en la próxima década.

“Argentina tiene todos esos proyectos listos, y lo que produce no tiene que salir a ganar un mercado; se lo sacan de las manos”, afirmó durante el panel, moderado por Laura Gé, Advisory Board en ABECEB.

En julio de este año, Lundin Mining y BHP sellaron un acuerdo 50-50 para desarrollar el proyecto Josemaría, en San Juan. La nueva empresa, que aún no tiene nombre, también hizo una oferta por el proyecto Filo del Sol por un monto de 4.500 millones de dólares canadienses (aproximadamente US$ 3.300 millones).

Sobre esto, Vitaller destacó que, con ambos proyectos en funcionamiento, Argentina podría estar entre los diez principales productores de cobre del mundo. "La inversión para construir Josemaría solo es de US$ 6.000 millones", explicó, anticipando que la construcción tomará unos cuatro años y empleará a 15.000 personas en su punto máximo.

La ubicación remota del proyecto en la cordillera, cerca de la frontera con Chile, plantea desafíos logísticos significativos. Para superar estas barreras, Lundin Mining desarrollará una línea de alta tensión de 500 kV y un camino de 250 kilómetros, con una inversión de US$ 600 millones en infraestructura. "Sin estas dos cosas no podríamos ni siquiera arrancar la construcción", comentó.

El desarrollo de la minería en Argentina también enfrenta limitaciones estructurales. Vitaller señaló que la falta de infraestructura en rutas, trenes y puertos podría generar un “cuello de botella” en los próximos años, especialmente si múltiples proyectos se desarrollan simultáneamente.

A pesar de estos desafíos, enfatizó el impacto económico positivo que tendrá el proyecto en San Juan, que actualmente exporta entre US$ 1.100 y US$ 1.200 millones anuales.

“Josemaría solo va a exportar más o menos US$ 1.100 millones. Cuando sumemos Filo, eso lo vamos a hacer por tres, cuatro o cinco veces”, indicó.

Para concluir, Vitaller insistió en la necesidad de colaboración entre el sector privado, el Estado y la comunidad para desarrollar la infraestructura necesaria.

“Para que todos estos proyectos se desarrollen, necesitamos infraestructura. Y ya no depende de nosotros, necesitamos sentarnos con el Estado”, concluyó, enfatizando que solo mediante la cooperación se podrá aprovechar el potencial minero de Argentina en beneficio de su economía.